La constelación de Orión en la mitología
Esta constelación tiene un mito muy antiguo, anterior a los héroes Perseo y Hércules. Este no ha llegado por completo a nuestros días, pero la historia más acertada es la que relata Ovidio. Se relaciona el mito de Orión con un antiguo rito de fertilidad que se remonta hasta el siglo XIV a.C.
Según este autor, el nacimiento de Orión, es un tanto curioso: Júpiter y sus hermanos Poseidón y Mercurio viajaban juntos y, cuando la noche comenzaba a caer, pasaron cerca de la humilde casa de un labriego de nombre Hirieo. Éstos escondieron su naturaleza de dioses y observaron cómo su anfitrión troceaba unas antorchas ya gastadas y alimentaba con ellas la lumbre. Mientras la comida se calentaba, les sirvió vino a los invitados, el primero de ellos Poseidón que al terminar su bebida dijo: “ahora sírvele a Júpiter”. El campesino se puso pálido al oír el nombre y sacrificó al único buey que poseía, lo cocinó y se lo ofreció a sus huéspedes. En recompensa a su buen trato, Zeus le concedió un deseo.
Hirieo pidió ser padre. Los tres dioses asintieron y se situaron alrededor del pellejo del buey recién sacrificado, miccionaron sobre él y lo enterraron. Diez meses después nació un niño. Lo llamó Urión, por la manera en la que había sido engendrado.
El niño creció y la diosa Leto se lo llevó a la isla de Delos, donde vivió con Apolo y Artemisa. Fue protector y compañero de caza de Artemisa y se enamoraron. Apolo, celoso de esta pareja, soltó un escorpión al mar para que persiguiera a Orión. Cuando el protagonista de nuestra historia se encontraban lejos, Apolo retó a su hermana Artemisa a que no era capaz de alcanzar un lejano bulto oscuro que apenas sobresalía del agua. Ella tiró una flecha y, por supuesto, dio en el blanco (a Orión). Desconsolada, pidió a su padre que lo catasterizase en el cielo.
Otra versión sobre la muerte de Orión narra que intentó aprovecharse de Artemisa y esta envió a un escorpión que le pico en el talón. En pago de este servicio, el animal fue transformado en constelación y lo mismo le ocurrió a Orión. Por ello la constelación de Orión huye constantemente de Escorpio.
Esta constelación es también conocida como “El cazador”: como hemos comentado, nuestro protagonista fue acompañante de Artemisa (diosa de la caza). En el cielo va acompañado de dos perros de caza: el Can Mayor y el Can Menor. Estos ayudan a Orión a atrapar la liebre que se encuentra a los pies del gigante. También le ayudan en la batalla contra el toro que se encuentra a su lado (la constelación de Tauro).
Otro de los mitos cuenta que Orión se enamora de las siete ninfas, hijas de Atlas (las conocidas como Pléyades). Zeus, para evitar que se acerque a ellas, las recoge y las sitúa en el cielo. Una de las versiones de este mito asegura que Zeus, además, envió al toro Aldebarán a proteger a las ninfas. Es por ello que el famoso cúmulo de las Pléyades se encuentra en la constelación de Tauro y, en el cielo nocturno, podemos ver a Orión persiguiendo a las hermanas.
¿Te sabes otro mito sobre la constelación de Orión? ¡Es muy probable! La mitología es muy amplia y una misma constelación puede contener diferentes historias. Por ejemplo, en otras culturas se conoce esta manera:
- En la cultura Maorí, Orión forma parte de la constelación de la vela de tainui.
- En la cultura hawaiana, es el Achicador de caonas de Makali`i.
- En el Antiguo Egipto, se conoce como el dios Sah, que era el vehículo de ascensión al cielo de los difuntos.
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