La primavera es conocida por los astrónomos como la “temporada de galaxias” ya que son fácilmente visibles en el cielo. Como he comentado antes, en esta época es más sencillo ver objetos de cielo profundo y, por lo tanto, es el mejor momento del año para disfrutar de las galaxias.
Uno de los cúmulos de galaxias más notables es el Cúmulo de Virgo, el cual se encuentra a una distancia de unos 60 millones de años luz y contiene ¡entre 1000 y 2000 galaxias! ¿No es increíble? M87 es la galaxia más grande y brillante de este cúmulo, por lo que es de las más sencillas de observar (con telescopio, por supuesto).
También hay que destacar la galaxia del Sombrero (M104), una galaxia espiral con un núcleo muy brillante.
Otro impresionante cúmulo visible en primavera es el Cúmulo de Leo. Aquí encontramos el famoso Triplete (o trío) de Leo, formado por las galaxias M65, M66 y NGC3628 (Galaxia Hamburguesa). Las tres son galaxias espirales, pero nosotros las vemos muy diferentes porque que sus discos están inclinados con diferentes ángulos.
En la constelación de la Osa Mayor destacamos dos galaxias que se encuentran muy cerca la una de la otra: M81 (Galaxia de Bode) y M82 (Galaxia del Cigarro). Ambas son fácilmente observables con telescopio e, incluso, pueden verse con prismáticos si se cuenta con unas condiciones muy favorables.
Por supuesto, hay muchas más galaxias que se pueden observar durante la primavera, como la famosa galaxia del Remolino (M51) o la galaxia del Molinete (M101), pero hemos seleccionado algunas de las más sencillas de observar.
No hay que olvidar que la visibilidad de las galaxias varía mucho en función de la apertura del telescopio, nuestra ubicación y las condiciones atmosféricas de la noche. Al ser los objetos más tenues, son a los que más les afecta la contaminación lumínica o la transparencia atmosférica y necesitaremos cielos muy limpios y oscuros para disfrutarlas al máximo.