El mayor enemigo del astrónomo aficionado es el frío. Las largas noches a la intemperie, parados, en mitad del campo o la montaña hacen que la sensación de frío sea mucho más elevada de lo habitual. Por eso, queremos hablaros de cómo abrigarse para no pasar frío, un tema imprescindible para poder disfrutar de la astronomía en cualquier noche del año.
Por experiencia sé que las personas que vienen a disfrutar de una experiencia bajo las estrellas con nosotros pasan mucho más frío en primavera, o incluso a finales de verano, que en el día más frío de enero. ¿Cómo puede ser? Pues por no venir bien preparados. Y no me cansaré de repetir: el frío solo es un problema si no se está bien preparado.
Por eso, si estás pensando en salir a observar las estrellas, ya sea en verano o en invierno, te animo a que leas bien este artículo para que aprendes cómo abrigarse contra el frío.
Imagínate. 15 de septiembre. Sol y un calor sofocante. Has vuelto de trabajar sudando y el termómetro marcaba 35º. Pero ¡qué bien! Hoy tienes reservado ese Tour Estelar que tanta ilusión te hacía. Coges el coche y te plantas en la Sierra, donde te esperan los monitores de AstroAfición. Al llegar el coche ya marca 20º. ¡Qué gustazo! Sales en manga corta, con tus deportivas y disfrutas del fresquito del atardecer. “¡Qué mejor manera de terminar el día!”, piensas para ti. Pero se pone el Sol, la temperatura baja rápidamente a 16º y se levanta una ligera brisa que trae aire fresco de la montaña. Empiezas a tener algo de frío y te pones esa chaqueta que habías dejado en el coche y que no imaginabas ni en sueños que usarías. Pero la noche avanza, la temperatura cae a 12º y tú llevas dos horas parado en el campo viendo las estrellas. El frío se te ha metido hasta los huesos y empiezas a tiritar. “¡Cómo puede hacer tanto frío en verano! ¡Tenía que haber hecho caso a los consejos de AstroAfición!” Termina la noche, te montas en el coche corriendo, pones la calefacción a tope y sueñas con esa ducha caliente que te vas a dar al llegar a casa.
Esta historia se repite todos esos días del año en los que a medio día estás en manga corta en la calle. Y créeme, ¡no son pocos! En cambio, si vas a ver las estrellas en invierno ya sabes que va a hacer frío y por eso te abrigas bien, llevas gorro, guantes y varias capas de ropa. Y al final disfrutas más la experiencia que muchas personas que vienen en verano pensando que es imposible que haga frío por la noche.
Por eso, siempre insistimos mucho en que hay que abrigarse bien, normalmente mucho más de lo que imaginas. De hecho, así avisamos en nuestra web de cómo vestirse en cada época:
Para protegerse del frío es importante conocer (y utilizar) el famoso sistema de capas. Originalmente, el sistema de capas debe conseguir retener el calor del cuerpo, expulsar el sudor y evitar que penetre el agua (lluvia o nieve). En este artículo de Barrabés tenéis toda la información sobre el sistema de capas tradicional.
Sin embargo, en astronomía no necesitamos que este sistema nos proteja de la lluvia (si llueve, no estaremos viendo las estrellas, lógicamente), ni que sea especialmente transpirable (no hacemos actividad física que implique mucho sudor). Lo que sí necesitamos, y mucho, es que nos ayude a retener el calor y nos proteja del posible viento. Por eso, el sistema de capas en astronomía será ligeramente diferente al de la actividad de montaña. ¡Atentos!
Esta primera capa es la más interior y debe ir pegada a la piel. Debe aportar la máxima capacidad de retención de calor posible, por lo que deben evitarse las camisetas interiores de algodón.
Las mejores prendas como primera capa calorífica son las camisetas interiores de lana merino.
La segunda capa actuará en combinación con la primera para aportar calor al sistema. En esta capa podemos emplear polares tradicionales, plumíferos finos o incluso jerséis gruesos de lana.
En caso de que no tengamos prendas de mucha calidad o con gran capacidad calorífica, podemos añadir una capa más (o incluso dos). Por ejemplo, en esta segunda capa del sistema podríamos combinar una sudadera fina con un jersey de lana o un micropolar con un plumífero fino. Lo importante es que nos permitan retener el calor pero que no por ello perdamos movilidad o estemos incómodos.
Esta es la capa exterior, y la de mayor grosor del sistema. Debe ser capaz de retener el calor del cuerpo, al tiempo que impide que penetre el viento.
Si no tienes ropa especial, utiliza el abrigo de invierno más gordo que tengas. ¿Tienes un abrigo de esquiar? No lo dudes y úsalo de capa exterior.
Como ya he comentado, en astronomía necesitamos ropa con gran capacidad térmica pero no hace falta que sea impermeable o muy transpirable. Por eso, hay que entender que no toda la ropa de montaña nos va a servir.
La ropa de montaña no siempre tienen una gran capacidad térmica. Hay muchas que lo que hacen es gestionar nuestra temperatura corporal durante actividad intensa, pero que su papel en parado no es el que necesitamos para situaciones en parado. Por eso hay que diferenciar entre ropa térmica y ropa técnica (aunque ambas características no son excluyentes).
Por otro lado, la ropa técnica lo es por el diseño de sus costuras, la tecnología usada en los materiales, su peso y comodidad. Después, entre ellas, encontraremos diferentes grados de capacidad térmica. Y nosotros deberemos buscar aquellas que tengan una mayor capacidad térmica. Por eso, destacamos especialmente la lana merino.
Puedes encontrar este tipo de ropa técnica y térmica en grandes superficies o en Amazon, pero encontrarás muchas más opciones en tiendas especializadas como Barrabés.
Si al escuchar la palabra lana piensas en ropa áspera, gruesa y despeluchada, es que no conoces la lana merino. Este tipo de lana es un material natural, ecológico y biodegradable, y con una gran capacidad térmica. Además, es un tejido que no huele a sudor como ocurre con los tejidos sintéticos.
Como siempre, no toda la lana merino es igual de buena. Por eso te recomiendo marcas de confianza como Icebreaker, Devold, Odlo, Helly Hansen…
La mayoría de las personas se quejan de que lo primero que se les queda frío son los pies. Y reconozco que a mi también me pasaba, hasta que conseguí unos calcetines y unas botas de calidad.
Si nos abrigamos y protegemos nuestro cuerpo del frío con tanto empeño, ¿por qué descuidamos nuestros pies? No hay que olvidar que estando parados, las extremidades tendrán menor flujo sanguíneo y acabarán por enfriarse, mucho antes que el resto del cuerpo. Por eso es importante prestar atención a los pies y saber cómo abrigarse correctamente los pies. Y para ello os doy tres opciones:
Las manos y la cabeza también son las partes del cuerpo que más acusan el frío. De hecho, investigaciones han demostrado que más del 10% del calor corporal se pierda por la cabeza. Pero no te preocupes, todo tiene solución. ¡Nunca salgas a ver las estrellas sin unos guantes, una braga o bufanda y un gorro!
Si por ejemplo necesitas manipular tu telescopio o cámara y los guantes te resultan incómodos, prueba a usar un sistema de dos pares: un primer guante extrafino de seda o lana merino y un segundo guante amplio como pueden ser los guantes de nieve o unas manoplas.
La teoría está muy bien, pero llega el momento de hablar de trucos para no pasar frío.
Tener las manos frías es una sensación muy desagradable, incluso aunque el resto del cuerpo esté a buena temperatura, ¿verdad? Para evitarlo, existen distintos tipos de calientamanos: unos eléctricos como este, otros desechables como estos, y otros reutilizables, como los que usamos en AstroAfición.
En las actividades de invierno, prestamos a nuestros clientes estas bolsitas de calor que alcanzan los 40-45º de temperatura en unos segundos y los mantienen durante unos 15-20 minutos. Son prácticas y sobre todo, reutilizables. Estas bolsitas de acetato sódico volverán a estar listas para otra noche de observación con tan solo hervirlas en agua caliente unos minutos.
Además de las plantillas calefactables, existen diferentes prendas calefactables como guantes o abrigos. Créeme que, si vas bien preparado y tienes ropa de calidad, no son necesarias. Pero reconozco que pueden ser un buen aliado para las noches más frías.
Eso sí, ten en cuenta que las baterías pierden efectividad con las bajas temperaturas y quizá el calor que dan no te dure más de una o dos horas.
La mejor manera de entrar en calor es a través del estómago. Una buena comida o bebida caliente cuando hace frío sienta de maravilla. Pero no hace falta esperar a llegar a casa para disfrutarlo. Prepara un termo con tu bebida favorita (té, café, colacao, caldo…) y entra en calor en las largas noches de observación astronómica.
He de reconocer que durante muchos años pasaba muchísimo frío mientras trabajaba. Divulgar astronomía y enseñar las estrellas con el telescopio es un trabajo maravilloso pero os aseguro que no hay nada peor que pasar frío, día tras día, mientras trabajas. Y lo reconozco. No dejé de pasar frío hasta que no entendí bien el sistema de capas y hasta que no me hice con ropa de abrigo de calidad.
El equipo que yo uso habitualmente para cualquier noche de octubre a mayo es el siguiente:
Para el tren superior:
Para el tren inferior:
De hecho, esta es la misma ropa que uso habitualmente en los viajes que organizamos al círculo polar a ver las auroras boreales, donde es normal estar entre -10ºC y -20ºC. Con la única diferencia de que cambio mi abrigo por un “overall”, una especie de mono que cubre de pies a cabeza.
Y tú, ¿tienes algún otro truco para no pasar frío durante las noches de observación? Cuéntanoslo en los comentarios
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