La astrofotografía puede parecer un mundo complejo lleno de técnicas y equipo muy especializado, y llega un momento en que es así. Con esta serie de artículos de astrofotografía aprende desde cero los principios para comenzar a fotografiar el cielo nocturno.
Recuerda que puedes encontrar este contenido y mucho más en nuestros Cursos de Astrofotografía. Aprende en ellos todos los trucos y técnicas que tiene este mundo gracias a las salidas prácticas en el campo y a la detallada teoría.
Índice
Para comenzar a fotografiar el cielo nocturno no necesitamos ninguna cámara especial y cualquiera de tipo DSRL o cámara sin espejo de objetivos intercambiables nos servirá. Aun así existen dos parámetros importantes que afectarán a nuestras fotografías: la sensibilidad de la cámara y el tamaño del sensor.
En astrofotografía el objetivo es capturar la mayor cantidad de luz posible para mostrar con nitidez el paisaje junto a las estrellas y nebulosas de la Vía Láctea. La sensibilidad de nuestra cámara la podemos relacionar con el ISO, un parámetro ajustable que influye directamente en la cantidad de luz que recogerá la imagen.
Cuanto mayor sea nuestra ISO, más luminosidad tendrá nuestra fotografía. Por tanto, podríamos pensar que teniendo la cámara con el mayor ISO posible tomaremos las mejores fotografías, pero no es así. Conforme aumentamos el ISO nuestro sensor va a amplificar más la luminosidad de la imagen, pero también el ruido que esta contiene. El ruido es generado por la temperatura de la cámara o los componentes electrónicos y por tanto a ISOs muy elevados es posible que nuestra imagen tenga más ruido que estrellas o nebulosas.
Tendremos que buscar un ISO que nos de una buena luminosidad pero que no llene nuestra imagen de ruido, esto va a depender del modelo de nuestra cámara pero por lo general, con cámaras de hasta hace 5 años, un valor de ISO 3200 a 6400 será suficiente. Claro está que cuanto mejor o más moderna sea nuestra cámara sus componentes podrán generar menos ruido y nosotros elevar más el ISO.
El tamaño del sensor puede influir en la sensibilidad, el campo de visión y sobre todo en el precio de la cámara. Los dos tamaños más usuales en el mercado son el Full Frame (FF) de 36×24 mm y el APS-C, de 23.6×15.7 mm.
Comparado con un sensor APS-C, uno Full Frame, al tener mayor superficie, sus píxeles o fotodiodos serán de mayor tamaño y podrán captar mayor cantidad de luz, como si se tratasen de grandes cestas. Los sensores Full Frame también ofrecen un mayor campo de visión para un mismo objetivo respecto al APS-C. Este último se dice que tiene un factor de recorte de x1.5 y nos dará un campo de visión más estrecho.
Por sus características está claro que una cámara Full Frame es generalmente mejor que una APS-C, sobre todo si vamos a realizar astrofotografía. Pero es cierto que su elevado precio, tanto de la cámara como de sus objetivos compatibles, hacen que las cámaras con sensores APS-C sean mucho más accesibles a la hora de iniciarnos.
Las marcas mas conocidas son Canon, Nikon, Sony o Fujifilm y cada una tiene diferentes gamas para uso amateur, avanzado o profesional. Para iniciarse nuestra recomendación sería una cámara con sensor APS-C como las DSLR Canon 850D, Nikon D5600 o las cámaras sin espejo Sony A6400 o Fujifilm XT30. Estas cámaras son de los últimos modelos que han salido pero los equivalentes de hace 5 años también son una buena opción de compra.
Si queremos dar un paso mas allá hay que pensar en un formato Full Frame. En este campo la cámara por excelencia para astrofotografía es la Sony A7III pero también tenemos la Nikon D850 o la Canon EOS 6D Mk2.
Un buen objetivo de cámara con gran ángulo nos permitirá capturar fotografías de la Vía Láctea junto al paisaje. Con objetivos que tengan mayores aumentos podremos también capturar nebulosas o incluso galaxias.
El uso de un telescopio se asemejaría al de un teleobjetivo pero por diseño son más complejos de usar. Para aprender astrofotografía con o sin telescopio te recomendamos echar un vistazo a nuestros Cursos de Astrofotografía.
Cuando compramos un objetivo lo primero en que nos fijamos es en la distancia focal, ya que esta nos da el campo de visión o “zoom” de nuestra fotografía. Esta distancia se da en mm y se suele referir al campo equivalente en un sensor Full Frame. Un objetivo de 18mm en Full Frame equivaldría a un 12mm en un sensor APS-C al aplicar el factor de recorte de x1.5.
Según la distancia focal nuestro objetivo lo podemos clasificar de la siguiente forma:
Otro factor a tener en cuenta es la relación focal o número f del objetivo. Este número es la división de la longitud focal entre el diámetro de apertura de su diafragma y nos dará una medida de la luminosidad del objetivo. Cada paso de apertura se da en múltiplos aproximados de 1.4 y equivale a multiplicar o dividir el área por la que entra luz por dos.
Un objetivo f/2.0 tiene el doble de área que uno a f/2.8 y cuatro veces que a f/4.0. Por ello cuanto menor sea la f/ de nuestro objetivo más cantidad de luz podremos capturar. Esto lleva un problema asociado y es la aparición de defectos ópticos cuando la relación focal es muy baja. Aprende a encontrar el equilibrio entre apertura y calidad óptica de tu objetivo, es muy importante en astrofotografía.
Cuando compramos una cámara es normal que venga de serie un objetivo zoom de tipo 18-55 mm f/3.5-5.6. Estos objetivos son muy polivalentes, parten desde un gran angular a 18mm hasta una distancia focal más natural a 50mm. Su desventaja está en la apertura, esta varía entre f/3.5 y f/5.6 por lo que no serán capaces de capturar mucha luz en condiciones nocturnas. Si que podremos utilizarlos para dar los primeros pasos en astrofotografía y aprender todas las técnicas básicas. La mejor opción será exprimirlos al máximo hasta que nos compremos uno para dar un paso en calidad.
Vamos a ver algunos objetivos con mejores prestaciones para astrofotografía:
Tener un trípode es algo esencial en astrofotografía, imagina si no tener que sujetar de forma estable la cámara con las manos durante 30 segundos. Por supuesto hasta el trípode más barato es mejor que no tener ninguno pero a continuación vamos a ver unas indicaciones de que es lo que buscamos en un buen trípode:
Aquí te proponemos tres modelos de trípodes que hemos probado y que pueden encajar en nuestras necesidades de peso y estabilidad. Existen modelos con muy bajo precio que pueden resultar tentadores pero os recomendamos invertir en un trípode que se vea firme y con cabezal de tipo rótula. Nuestras futuras astrofotografías se verán recompensadas.
Existen multitud de pequeños accesorios con diversa importancia para la astrofotografía sin telescopio. Vamos a ver algunos de los esenciales:
Aprende más sobre astrofotografía con y sin telescopios en nuestros Cursos de Astrofotografía. Aprovecha al máximo tu equipo fotográfico durante la salida práctica en el campo.
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