Me gusta llevar al límite mi sentido de la vista y esforzarme en apreciar detalles y los filtros nos pueden ayudar a ver cosas que a simple vista nos costaría mucho.
Por ello, cualquier astrónomo que se dedique a la observación planetaria debería tener entre su arsenal una serie de filtros que le ayudarán a mitigar los defectos que imprime la atmósfera en nuestras imágenes, el aumento de contraste entre las diferentes capas atmosféricas de los planetas o el contraste entre colores de las superficies planetarias.
Y antes de ponernos al lío, una recomendación. En el mercado hay filtros y Filtros, de hecho, de unos pocos años para acá están apareciendo marcas asiáticas que prometen grandes resultados a precios muy económicos y nada más lejos de la realidad. Me he topado con casos en los que una sencilla limpieza rutinaria acaba con el tratamiento óptico (y no hablo de tirar el filtro en un barreño con HCl, me refiero a que el mismo tratamiento de limpieza que puedo realizar en un Lumicon, Astronomik o Baader, aplicado a un chinorro se lo carga, mientras que a los otros no). Y lo sé, los filtros son caros y más si son de 2″ como en mi caso, pero la calidad se ha de pagar.
Índice
En primer lugar unas definiciones y/o conceptos.
Si has llegado a este artículo es porque seguramente ya hayas observado alguna vez los planetas o la Luna. Si es así, probablemente te hayas dado cuenta que, por ejemplo en la Luna, cuesta ver detalles en su superficie debido al gran brillo que tiene. Filtros como los de densidad neutra o de densidad variable (dobles polarizadores) mitigan el brillo de la Luna y nos permiten incrementar el contraste entre esos detalles.
Además de este contraste en luminancia también vamos a necesitar un contraste en color para los planetas. Estas diferencias de color en detalles planetarios que suelen ser sutiles, se pueden ver afectadas por aberraciones cromáticas de nuestro tren óptico.
Nuestros ojos contienen dos tipos de células fotorreceptoras, los conos y los bastones. Los bastones son sensibles a la intensidad de la luz pero no así a las distintas longitudes de onda, es decir, ven en blanco y negro. Por el contrario, los conos, son capaces de distinguir distintas longitudes de onda y por lo tanto son los responsables de la percepción de color. Por lo general, un ojo sano tiene una sensibilidad que oscila desde los 380nm hasta los 800nm, es decir, entre el violeta profundo (no llega al ultravioleta cercano) hasta el rojo profundo (no llega hasta el infrarrojo cercano). Aún así, hay personas con cierta sensibilidad por encima y por debajo de esas longitudes de onda.
Aún así, a pesar del gran rango espectral de nuestros ojos, éstos son más sensibles alrededor de los 555nm en condiciones normales de iluminación. Al descender los niveles de iluminación la sensibilidad se desplaza hacia el azul. Por ejemplo, dos fuentes de luz monocromáticas, una de 555nm y otra de 490nm pero 5 veces más potente que la primera, aparentan igual intensidad a nuestra vista, esto representa un descenso del 20% en la sensibilidad.
El efecto Purkinje es la tendencia hacia el azul al disminuir la intensidad de la luz, es decir, a medida que la iluminación disminuye los colores tienden hacia el azul. Esta es una experiencia que podéis hacer cualquier día que salgáis por la noche; os lleváis una carta de colores y, a medida que se va a haciendo de noche, veréis como ese arco iris de colores se torna azulado hasta que, la iluminación es tan precaria que se vuelve todo grisáceo.
Además de este efecto también nos topamos con el efecto Bezold Brücke, por el cual la intensidad de la luz puede virar el tono de los colores hacia un lado u otro del espectro. Por ejemplo, al disminuir la intensidad de la luz, los colores verde-amarillentos tienden a parecer más amarillos y violetas y los verde-azulados tienden a parecer más azulados.
La persistencia retiniana, es un efecto que cualquiera hemos podido percibir la primera vez que vemos la Luna llena con el telescopio sin aplicar ningún filtro. La imagen de la Luna se nos queda grabada en la retina durante unos segundos. Lo interesante de este efecto es que la imagen impresa aparece con los colores complementarios de la imagen observada.
El contraste es una percepción medida por nuestros ojos, es la diferencia de brillo o intensidad entre varias zonas de la imagen observada. En la observación planetaria el contraste es primordial, ya que es el que nos va a permitir discernir entre las distintas partes de la superficie o de la atmósfera de un planeta, puesto que los distintos materiales que componen esa atmósfera o superficie reflejan distintas cantidades de luz. Ocurre que una zona muy brillante puede dispersar luz hacia zonas más oscuras disminuyendo el contraste entre ambas zonas; la parte oscura aparecerá más clarita y la zona brillante aparecerá más oscura de lo que realmente es.
Existen una serie de efectos atmosféricos y físicos que se ven alterados por el uso de distintos filtros, a saber:
Ahora sí, por fin, pasamos a lo interesante, si has llegado hasta aquí leyéndote lo anterior, ole tú. Sino, no pasa nada, vas a tener que leerte lo anterior para entender lo que voy a contar ^_^
El mal seeing se puede mitigar un poco usando filtros, generalmente los filtros de color rojo son los que mejor resultado nos van a dar, seguidos de los naranjas y amarillos. Cada filtro va a dejar pasar su color característico y bloquear los complementarios de este.
Los objetos rojos aparecerán muy oscuros usando filtros azules o verdes y brillantes si usamos filtros rojos.
Los detalles verdes serán brillantes con filtros verdes, y oscuros si usamos filtros azules o rojos.
Los detalles azules aparecerán más brillantes con filtros azules y más oscuros con filtros rojos, verdes y amarillos.
Existen otros filtros específicos para planetaria como los IR-Pass (o pro-planet), los de metano o los U-Venus; de ambos hay incluso variedad en el ancho de banda por lo que tampoco entraré a describirlos en detalle ya que este artículo trata sobre la observación y no la fotografía.
El primero deja pasar sólo el infrarrojo, el segundo trabaja en la banda de los 889nm y es una máquina para los anillos de saturno por ejemplo, y el tercero sólo deja pasar el ultravioleta y es precisamente estas características que no son recomendables para astronomía visual, puesto que nuestros ojos son poco o nada sensibles en las bandas en las que trabajan estos filtros.
En conclusión, si os gusta la observación planetaria, la disfrutáis, os encanta y queréis sacarle más rendimiento, un buen set de filtros de colores serán vuestros mejores aliados.
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Buenos días
Investigando un poco sobre los filtros, he visto que los de densidad neutra, para ver la luna, tienen varias capacidades de filtración. ¿quisiera saber cual sería mas apropiado para un refractor 90/900, si el que filtra al 25% (creo que es el ND96 0.6) o el que filtra al 12,5% (creo que es el ND96 0.9)?
Un saludo
Buenas tardes, yo recomiendo siempre un filtro variable, es el que más juego da pues suelen permitir una variación entre el 0% y el 40% de la transmisión.