Las distancias en el universo son tan grandes que no tiene sentido medirlas en kilómetros. Por ello, en astronomía, se utiliza el tiempo luz como unidad de distancia. El tiempo luz se puede emplear en distintas unidades: año-luz, minuto-luz, segundo-luz… Así, esta nueva unidad de medida nos permitirá usar cifras mucho más fáciles de comprender. Vamos a ver cómo.
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ToggleLa velocidad de la luz
La velocidad de la luz es por definición una constante universal, cuyo valor es 299.792.458 m/s. Por simplificar los cálculos, podemos decir que la velocidad de la luz es de 300.000 km/s. Es decir, la luz tarda un segundo en recorrer una distancia de 300 mil kilómetros. Fácil, ¿verdad?
Con esta sencilla regla podemos convertir las distancias a distintas medidas de tiempo-luz. Y así podremos comprender mejor las inmensas distancias de nuestro universo. ¿Estás preparado?
Un viaje en el tiempo y el espacio
Decir que algo está a un segundo luz, equivale a decir que está a 300.000 km. Pero esto también implica que vemos su imagen con un segundo de retraso, puesto que la luz tarda ese tiempo en alcanzarnos. Es decir, si por ejemplo el Sol se apagase de repente, tardaríamos 8 minutos en darnos cuenta, puesto que es lo que tarda su luz en llegar a nosotros.
Con este sistema podemos llevar las distancias a valores de tiempo que nos serán más fáciles de entender. Pero hay que tener en cuenta que una distancia también implica un “desfase” de tiempo. Por tanto, cuanto más lejos miremos en el espacio, más atrás en el tiempo estaremos observando. Para entenderlo, vamos a realizar un pequeño viaje en el tiempo. Poco a poco, iremos desde lo más cercano a la Tierra, hasta lo más lejano.
La Luna
Nuestro satélite es el astro más cercano a la Tierra. Aunque su distancia varía a lo largo de su órbita, la Luna se encuentra aproximadamente a 385.000km. Si la velocidad de la luz es de 300.000km/s podemos decir que la Luna está, más o menos, a 1,3 segundos-luz.
Por curiosidad, esta medición es posible gracias a unos pequeños espejos que dejaron los astronautas de los Apollo XI. Armstrong dejó un panel de 60cm recubierto de 100 pequeños espejos hace más de 35 años. Gracias a este panel podemos enviar un potente láser desde la Tierra y medir cuánto tiempo tardar en volver. Con esto podemos calcular la distancia de la Luna con una precisión casi milimétrica.
El Sol
La estrella más cercana a nuestro planeta es, evidentemente, el Sol. Nuestra estrella se encuentra a aproximadamente 150.000.000 km. Esta distancia ya no es tan sencilla de comprender. Pero podemos convertirla a tiempo luz. Así, el Sol se encuentra a unos 8 minutos-luz de la Tierra.
Los planetas
El Sistema Solar tiene un radio de 22.300.000.000.000 km. No sé vosotros, pero yo no sé ni leer ese número. Por tanto, aquí ya empiezan a tener sentido estas nuevas unidades de medida, ¿verdad? Para que te hagas una idea, esta es la distancia media al Sol de los planetas del Sistema Solar:
- Mercurio: 3,3 minutos-luz
- Venus: 6 minutos-luz
- Tierra: 8,3 minutos-luz
- Marte: 12 minutos-luz
- Júpiter: 43 minutos-luz
- Saturno: 1,3 horas-luz
- Urano: 2,7 horas-luz
- Neptuno: 4,2 horas-luz
- Plutón y cinturón de asteroides: >5 horas-luz
La estrella más cercana: Próxima Centauri
Después del Sol, la estrella más cercana a la Tierra es Próxima Centauri. Esta diminuta estrella es una enana roja solo al alcance de telescopios medianos o grandes desde el hemisferio Sur. Se encuentra dentro del grupo de estrellas de Alfa Centauri y su distancia a nosotros es de 4,2 años-luz. ¡Pensad cuántos kilómetros recorre la luz en 4 años!
Podrías calcular cuántos segundos hay en 4,2 años y luego multiplicarlos por 300.000. Esta sería la distancia en kilómetros. ¿No te atreves? Pues nosotros lo hemos hecho y el resultado es de: 39.735.360.000.000 km. Difícil de imaginar, ¿no?
Vega, Altair y Deneb
En el cielo de verano destacan tres estrellas muy brillantes que forman lo que conocemos como el Triángulo de Verano. Son: Vega, Deneb y Altair. Estas tres estrellas destacan entre el resto de estrellas del cielo pero… ¿quiere decir eso que son igual de grandes y brillantes? Para nada.
Vega es la estrella más brillante del cielo de verano. Su brillo es muy intenso pero se debe a que se encuentra relativamente cerca de nosotros. Vega está a “solo” 25 años-luz de distancia. Es decir, la luz que vemos de Vega, salió de la estrella hace 25 años. Por su parte, Altair está aún más cerca: a tan solo 17 años-luz. Por el contrario, Deneb, que no se queda por detrás en brillo, está a más de 1.500 años-luz de la Tierra. Alguna mediciones incluso hablan de más de 3.200 años-luz, lo que significaría que Deneb es en realidad 250 mil veces más luminosa que el Sol.
La distancia a las estrellas es bastante elevada, lo que hace que estemos constantemente viendo cómo eran en el pasado. Esto hace que, en muchos casos, puede que estemos viendo la luz de estrellas que ya hayan explotado. Este es el caso de gigantes rojas como Arturo o Antares.
La galaxia más cercana
Para dar el salto y ver objetos más allá de nuestra Vía Láctea, tenemos que mirar hacia otras galaxias. En este caso el salto vuelve a ser exponencial.
La galaxia de Andrómeda, que es una de las galaxias más cercanas a la nuestra, se encuentra a 2,5 millones de años-luz. De hecho, la Vía Láctea y la Galaxia de Andrómeda están tan cerca que se atraen mutuamente y dentro de unos cuantos millones de años colisionarán. Pero eso es otro tema.
Ahora imagina por un segundo que hay alguien en la Galaxia de Andrómeda con la capacidad suficiente para ver nuestro planeta en detalle. ¿Sabes que estarían viendo estos hipotéticos habitantes de Andrómeda? Puesto que la luz tarda 2,5 millones de años en recorrer el espacio que nos separa, estarían viendo cómo era la Tierra hace 2,5 millones de años. ¡Estarían viendo uno de los primeros homínidos que poblaban la Tierra!
La galaxia más lejana
Este viaje continúa, poco a poco, alejándonos en el tiempo y en el espacio. ¿Hasta dónde? El límite estaría en la propia edad del Universo observable pero para no entrar en más detalles, tan solo diremos que la galaxia más lejana descubierta hasta la fecha está a 13.300 millones de años luz.
La astronomía, una cura de humildad
Este “viaje” lo realizamos habitualmente en nuestras observaciones astronómicas y al terminar reina el silencio. La gente se queda por un momento pensativa, relajada, despreocupada. La astronomía ayuda a poner en perspectiva los problemas de nuestra vida diaria y a darnos cuenta de lo pequeños que somos. Contemplar la inmensidad del cosmos y comprender nuestro lugar en él es una cura de humildad que todo el mundo debería sentir alguna vez.