Ver la aurora boreal en directo es una de esas cosas que todos deberíamos hacer al menos una vez en la vida. Las sensaciones que se tienen al observar un espectáculo natural tan impresionante son difíciles de describir con palabras. Si tú también quieres observarla, ¡tenemos una sorpresa al final de este artículo!
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TogglePero antes, estas son algunas curiosidades sobre nuestras queridas luces del Norte.
Los colores dependen de los átomos de nuestra atmósfera
Si piensas en las auroras seguro que se te vienen a la cabeza esas espectaculares fotos con ese color verdoso tan llamativo. El verde es el color más común de las auroras pero no es el único. En función de los diferentes elementos químicos de nuestra atmósfera mostrarán diferentes colores.
Por ejemplo, el color verde es producido por el oxígeno en capas bajas de nuestra atmósfera. No es el componente principal del aire que respiramos, pero sí el que más fácil resulta de ionizar por las partículas cargadas procedentes del Sol. A parte de los colores verdes, también podremos ver auroras con colores más rojos (oxígeno a mayor altura) o azulados (nitrógeno).
Son imposibles de predecir
Sí, es cierto, existen aplicaciones y servicios de alerta para saber cuándo es más probable que haya auroras. Y sí, gracias a los satélites que monitorizan el Sol podemos ver casi en directo las eyecciones de masa coronal (CME) dirigidas hacia la Tierra y, con eso, podemos saber que en 2-3 días habrá mayor probabilidad de ver auroras. Todo esto es cierto y podemos decir, de alguna manera, que se puede predecir la probabilidad de que aparezcan auroras y su intensidad. Pero, ten en cuenta que esto son ayudas y se basan en predicciones y estimaciones. No existe la seguridad de que vayan a verse y, mucho menos, podemos decir con certeza en qué momento serán más activas. Si alguna vez has visto auroras en directo habrás notado que en pocos minutos pueden pasar de ser una débil cortina de luz grisácea a mostrar un baile agitado de colores verdes, rosas y azules. Y, tal como vienen, de pronto pueden desaparecer en pocos segundos. Son impredecibles.
El Polo Norte (o Sur) no es el mejor sitio para verlas
Todos sabemos que para ver auroras hay que viajar a latitudes más elevadas. Países como Finlandia, Suecia, Noruega o Islandia son los habituales destinos más habituales para los cazadores de auroras. Pero, ¿y si seguimos viajando hacia el Norte las veremos aún mejor?
En contra de lo que se se cree, no por estar más cerca del Polo hay más probabilidad de ver auroras. De hecho, ver auroras desde el Polo Norte es muy poco probable. Los mejores sitios son aquellos situados en torno al círculo polar ártico. El campo magnético de la Tierra desvía las partículas cargadas del Sol y estas chocan con nuestra atmósfera en latitudes entre 60 y 75º habitualmente. Fíjate en los mapas de actividad y verás que la aurora forma un círculo alrededor del Polo.
¡Buenas noticias! Si quieres ir a verlas, no hace falta viajar hasta el Polo Norte. Los países nórdicos serán el destino ideal para disfrutar del espectáculo.
Se lleva observando más de 4.000 años
El primer texto que describe una aurora boreal se remonta al año 2600 a.C. Este escrito de origen chino describe cómo Fu-Pao, la madre del Imperio Amarillo de Shuan-Yuan, vio fuertes luces moviéndose alrededor de la estrella Su, parte de la constelación Bei-Dou, que iluminaban todo el área.
Desde entonces, existen menciones a la aurora boreal en multitud de escritos: desde los textos de los vikingos hasta el Antiguo Testamento de la Biblia. Destaca por ejemplo la descripción del filósofo griego Aristóteles en su libro Los meteorológicos, publicado hace 2350 años. En él hablaba de unas «nubes brillantes» y una luz parecida a las llamas de los gases ardiendo.
Con el paso de los siglos, las luces misteriosas continuaron sin tener nombre. Finalmente, Galileo Galilei y Pierre Gassendi fueron testigos de una gran aurora en el siglo XVII y le otorgaron su nombre actual. El término de «aurora boreal», o «amanecer del norte», hace homenaje a “Aurora”, la diosa romana de las mañanas, y a Bóreas, nombre griego del viento fuerte.
No se pudo explicar su origen hasta 1908
Aunque son un fenómeno conocido desde hace mucho tiempo, no se ha conocido su origen hasta hace poco más de 100 años. A finales del siglo XVIII, Bejamin Franklin las observó en sus viajes por el atlántico y desarrolló una teoría que iba bien encaminada aunque no acertase del todo. Para Franklin las auroras se producían debido a las cargas eléctricas que se concentraban en las regiones polares. Pensaba que esas cargas se iban acumulando y aumentaban su energía hasta liberarse con fuerza en el aire, provocando esa luz en movimiento.
Pero no fue hasta principios del siglo XX cuando el científico noruego Kristian Birkeland descubrió qué las causaba. Birkeland postuló que las auroras eran generadas por las moléculas de gas de la atmósfera superior al ser excitados por una corriente magnética. Sin embargo, esta teoría no fue plenamente reconocida hasta 1960, mucho después de la muerte de Birkeland. De hecho, fue nominado al Premio Nobel numerosas veces pero nunca llegó a ganar. Aunque, de alguna manera, Birkeland sí que obtuvo cierto reconocimiento. Si viajas a Noruega verás que el billete de 200 coronas aparece Kristian Birkeland junto a una bola magentizada llamada “terrella” -un modelo de la Tierra con el que demostró cómo se creaban las auroras debido al campo magnético-.
En 1938 se vio una aurora boreal en España
¡También podemos ver auroras sin viajar al Círculo Polar! Es lo que ocurrió en España en 1938, en plena Guerra Civil. Muchos testigos hablan de unas luces difusas que se movían hacia el Norte. En un principio se pensó que era un incendio o una explosión, habituales en tiempos de guerra. Pero más adelante fuentes científicas explicaron que se trataba de una aurora polar.
Ver una aurora en latitudes medias como las de nuestro país es altamente improbable, aunque no imposible. La última vez que pudo observarse una aurora en España fue el 14 de marzo de 1989 desde el norte de Galicia. Así que, si quieres verlas, lo mejor será preparar un viaje al Norte para observar la aurora boreal.
Existen auroras polares en otros planetas
Las auroras se producen en la Tierra gracias a que nuestro planeta cuenta con su propio campo magnético y una densa atmósfera. ¿Qué otros planetas tienen atmósfera y campo magnético? Efectivamente, todos los gigantes gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) son candidatos a tener auroras polares.
Si viajáramos a Júpiter, Saturno, Urano o Neptuno podríamos ver espectáculos similares al de la Tierra. Pero de momento nos tendremos que conformar con las fotos de la NASA de las auroras en Júpiter y Saturno o con viajar al círculo polar para verlas en directo con nuestros propios ojos.
Mitología y leyendas sobre las auroras
La aparición de las luces del norte ha estado siempre envuelta en un halo de misterio y temor. Durante muchos años las auroras han sido presagio de muerte y mala suerte. Por ejemplo, en Noruega no se permitía a los niños salir a la calle si había auroras por temor a que se los llevara. Estos son algunos de las historias y leyendas asociadas a las auroras por distintas tribus y poblaciones.
Los esquimales pensaban que eran luces de los espíritus que marcaban el camino a las nuevas almas. Algunos incluso relatan historias de almas que jugaban a la pelota con un cráneo de morsa.
En Groenlandia, los aborígenes pensaban que eran las almas de bebés asesinados o muertos al nacer. A las auroras se les llama “alugsukat”, que significa nacimiento secreto.
Antiguos cuentos finlandeses hablan de un zorro ártico que encendía hogueras rozando su pelo contra la nieve. De hecho, este fenómenos se conoce en finlandés como “revontulet”, que significa fuego de zorro.
Los nativos americanos atribuían las luces a una gran variedad de cosas. Por ejemplo, los espíritus de los cazadores muertos, hogueras encendidas por enanos o incluso a un adorable gigante pescando en el mar. También se creía que eran espíritus, por lo que aprovechaban para silbar y susurrar mensajes para sus difuntos.
En las culturas china y japonesa todavía se cree que los bebés concebidos debajo de una aurora tendrán suerte y un buen aspecto.
En el norte de Suecia se pensaba que la luz era provocada por grandes bancos de arenques. Por eso, la aurora era un presagio de que los pescadores traerían una buena captura.
Para los vikingos, la aurora boreal era producida por los reflejos sobre las armaduras de las valkirias.
Puedes viajar a verlas con nosotros
¿Quieres disfrutar en vivo de este espectáculo? Ahora puedes viajar con nosotros para observar la aurora boreal. AstroAfición, en colaboración con PANGEA The travel store, os ofrece este viaje a Suecia para observar la aurora boreal desde uno de los mejores lugares del planeta, la Aurora Sky Station. Un viaje único en el que irás acompañado de uno de los expertos monitores de AstroAfición, quien se encargará de guiar la observación con explicaciones y curiosidades. Además, os ayudará a tomar fotos espectaculares con vuestra cámara para que podáis guardar un recuerdo imborrable.