Comenzamos, con ésta, una nueva serie de entradas en el blog en las cuales iremos zambulléndonos y desgranando muchas de las maravillas y, sobre todo, curiosidades que nuestro increíble y vasto Universo comenzó a mostrar justo en el momento en el que nació.
La serie consistirá en entradas considerablemente más escuetas que las habituales, en las que la idea es llegar a todos vosotros de una manera rápida, directa, clara y concisa sin importar el tema del que se esté hablando.
Como bien habrás comprobado al leer el título de esta entrada, cada vez que leas ese “¿Sabías que…?”, tendrás que tener presente que lo que vas a leer a continuación no te va a dejar indiferente…
Y sin más preámbulos, y hecha ya la presentación, vamos a comenzar, como no, por el principio… Y es que, en el comienzo de todo…
¿Sabías que, nada más nacer, hubo un momento en el que nuestro Universo creció 90 órdenes de magnitud (potencia de 90) en una mil millonésima de segundo?
Así es, se le llama era inflacionaria, y es como si un grano de arroz creciese hasta el tamaño de nuestro Sol (1,4 millones de km.) en ese tiempo (0,0000000001 segundos).
Probablemente te puedas preguntar cómo diantres se sabe eso, y no es para menos. Pero es que para explicar muchas de las características del Universo que podemos observar hoy en día, debemos apoyarnos en la teoría de la inflación cósmica, que consiste en esa crecida exponencial —de la que hemos hablado— que se originó debido a la excitación de un campo cuántico llamado inflatón.
La inflación como solución:
La inflación resuelve y se ajusta perfectamente a conceptos como, por ejemplo, el de por qué no observamos una curvatura apreciable del Cosmos a pesar de la gran cantidad de materia y energía que en él se hallan —junto con la gran cantidad de tiempo que lleva expandiéndose—, que debería hacer que el Universo hubiera adquirido una curvatura apreciable.
Esto nos hace pensar que en el pasado, esa curvatura, tuvo que ser mucho menor, increíblemente menor; concretamente 60 órdenes de magnitud menor. La inflación “alisó” cualquier tipo de curvatura que hubiese anterior a ella.
Otra de las grandes cuestiones era por qué todas las zonas del Cosmos tienen las mismas propiedades si hay zonas tan alejadas entre sí que nunca han podido comunicarse entre ellas para transferirse información.
Pero ahí está la teoría inflacionaria para explicarnos que todo lo que vemos hoy en día a gran escala (galaxias, cúmulos de galaxias, supercúmulos de galaxias…) estuvo conectado causalmente, antes de la inflación, a nivel cuántico. Es decir, las fluctuaciones cuánticas en el inflatón explican la existencia de galaxias después de la inflación.