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Carrito

Hola de nuevo, ya falta menos para que nuestro pequeño planeta complete otra traslación alrededor de la estrella que órbita, algo de lo que probablemente os hablaremos a principio de año. Entre tanto, y dado el mes en el que nos encontramos, hemos indagado en la relación que existe entre las festividades navideñas y la astronomía.

Como casi siempre que nos enfrentamos en la comparación de festividades laicas y religiosas nuestra primera conclusión suele ser que al ser más antiguas las paganas se han aprovechado esas fechas para intentar sacralizarlas.

Es habitual pensar que el supuesto nacimiento de Jesús decidió colocarse en estas fechas para intentar contrarrestar la influencia de los Saturnales.  Dichas fiestas si han documentado tener una clara conexión con la astronomía, al estar directamente relacionadas con el solsticio de invierno que en el Calendario Juliano estaba establecido el 25 de diciembre, día en el que se celebraba la festividad del Sol Invictus.

Por otro lado en ningún lado de la Biblia se han encontrado referencias directas a la fecha de nacimiento de Jesús, que los propios estudiosos religiosos han situado en fechas diferentes como el 6 de enero, 20 de abril, 19 de mayo, 23 y 25 de marzo, 17 de noviembre, algo comprensible ya que se trata de un personaje cuya existencia no ha sido históricamente avalada, siendo las propias sagradas escrituras un compendio de textos recopilados de lugares distintos, incluyendo algunos de otras culturas religiosas de la época.

Sin embargo existe la posibilidad de que la asociación con esta fecha sea fortuita. Los antiguos estudios sugieren que en la antigüedad apenas se le daba importancia a la fecha de nacimiento de Jesucristo y todos los esfuerzos se encaminaban a determinar la fecha de su muerte, que algunos estudiosos determinaron entre el 25 de marzo y el 6 de abril. Para ello parten de los textos que asocian la última cena a la pascua hebrea, directamente relacionada con el comienzo de la primavera. La elección de la fecha de nacimiento es la consecuencia de una antigua creencia extendida en varias religiones de la época, que atribuye a los grandes personajes de sus relatos la característica de morir el mismo día en que habían sido concebidos. Si tenemos en cuenta que el periodo de gestación humano es de 9 meses obtenemos la fecha tradicional del 25 de diciembre como fecha de nacimiento de Jesús.

Todo ello nos conduce a pensar que la navidad sí tiene un origen astronómico, pero con el equinoccio vernal, no con el solsticio de diciembre.

Esperamos que esta información haya sido de vuestro interés, siempre es bueno contar con más de un punto de vista sobre las cosas, aunque finalmente las conclusiones apunten en la misma dirección. Y quién sabe, puede que os sirva de algo en alguna de esas esperadas conversaciones navideñas con el cuñado de turno. Por cierto, no se a vosotros, pero a mí me parecen más divertidas las Saturnales. Cuestión de gustos supongo.

Nota: La mayoría de la información que reflejado aquí ha sido obtenida tras la lectura de un artículo de Rafael Bachiller relativo a la relación entre astronomía y navidad, aconsejo su lectura para tener una visión más completa de la que se ha detallado aquí.

Un saludo a todos y felices Saturnales. 😉

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