El 21 de abril se cumplen 50 años desde la llegada del Apolo 16 a la Luna. Esta misión es una de las seis que han logrado alunizar en la superficie de nuestro satélite natural. Pero, ¿qué diferencia al Apolo 16 de las misiones anteriores?
Después del éxito del Apolo 11, 12, 14 y 15, para el Apolo 16 se modificó el punto de alunizaje: por primera vez aterrizarían en una zona montañosa. Gracias a este cambio, los astronautas John Young, Charlie Duke y Thomas Mattingly llegaron a las Tierras Altas de Descartes. Esta diferencia puede no parecer tan relevante o significativa, pero es clave para uno de los descubrimientos más importantes que se realizaron.
El cohete Saturno V despegó el día 16 de abril de 1972. Una vez en la órbita lunar, los astronautas Young y Duke entraron al módulo “Orión”, mientras que Mattingly permanecería en órbita dentro del Módulo de Mando apodado “Casper”. Gracias a los datos proporcionados por la misión lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), la NASA ha podido recrear lo que los astronautas del Apolo 16 vieron en ese momento, durante su aproximación al punto de aterrizaje:
En su primera salida, colocaron el Paquete de Experimentos Apolo (conocidos en inglés como ALSEP) en la superficie lunar. El objetivo de estos equipos, instalados en las misiones del programa Apolo, era recoger datos y transmitirlos a la Tierra. La incorporación más significativa, en esta ocasión, fue la instalación de una cámara ultravioleta, considerada el primer telescopio en la Luna.
Después, viajaron al cráter Flag para recoger muestras. Entre ellas, consiguieron una roca de 58 kg, la Big Muley, que es la mayor roca obtenida por una misión Apolo.
Al día siguiente, viajaron a Stone Mountain para tomar muestras de cinco cráteres. Por último, en su tercera actividad extravehicular (EVA), visitaron el cráter North Ray.
En las tres salidas que realizaron, llevaron a cabo múltiples tareas, entre ellas recolectar casi 100 kg de rocas lunares para su posterior análisis. Además, recorrieron 20 km con el Rover lunar y consiguieron el récord de velocidad en la Luna al conducir a 18 km/h. En el siguiente vídeo se puede ver a John Young conduciendo el Rover lunar:
¿Qué descubrieron?
Las muestras tomadas en esta misión verificaron los datos del Apolo 15 y proporcionaron nueva información sobre el terreno. Y aquí es donde cobra importancia el punto de alunizaje del que hablábamos al principio: el lugar permitió a los astronautas reunir material lunar geológicamente más antiguo que el obtenido en las misiones anteriores.
Gracias a los análisis de estas muestras se descartó el origen volcánico de las Tierras Altas de Descartes (hipótesis que se barajaba hasta el momento) y se descubrió que su topografía fue formada por el impacto de meteoritos.
50 años más tarde, los experimentos realizados y las muestras lunares recolectadas por la tripulación siguen brindando datos valiosos sobre nuestra Luna.