¿Por qué no veo nada con mi telescopio? 5 errores más frecuentes

No te preocupes, nos ha pasado a todos. Las expectativas que tenemos al apuntar nuestro telescopio por primera vez hacia el cielo son muy altas. Esperamos que con solo apuntarlo al cielo empecemos a descubrir planetas, nebulosas y galaxias. Pero después de mucho intentarlo, no conseguimos ver ni la Luna. “Pero si está ahí mismo, ¿cómo es posible que no la vea?”

¿Por qué no veo nada con mi telescopio?

Muchas personas vienen a nuestros cursos de iniciación a la astronomía desesperados porque no han conseguido ver nada con su telescopio. “¡Con lo fácil que parecía y las ganas que teníamos!”, repiten constantemente.

Manejar un telescopio no es difícil pero debes tener en cuenta una serie de cosas antes de empezar. Por eso, hemos preparado esta pequeña guía con los errores más frecuentes que se cometen al utilizar un telescopio por primera vez. Si tienes esto en cuenta, te será mucho más fácil utilizar tu telescopio.

Los 5 errores más frecuentes al utilizar un telescopio

1- El telescopio no está enfocado

A ambos lados del portaocular, encontrarás unas ruedecillas. Son para enfocar. Seguro que ya lo sabías, pero no os imagináis la cantidad de veces que por la emoción o por la falta de costumbre nos saltamos este paso. Si no enfocamos bien, toda la luz que recoge el telescopio se difuminará y no seremos capaces de distinguir ni una estrella. De hecho, si tenemos el telescopio completamente desenfocado no encontraremos ni la Luna.

¿Cómo saber si está enfocado? Muy fácil. Antes de apuntar el telescopio al cielo, apunta hacia algún objeto terrestre lejano (una torre, un árbol, etc) y mueve las ruedas hasta que lo veas nítido. Este no será el foco exacto cuando mires al cielo, pero estará muy cerca. De esta forma ya podrás ver estrellas y tan solo tendrás que ajustar un poco para verlas totalmente puntuales.

Ten en cuenta que en los telescopios reflectores o catadióptricos (aquellos que usan espejos o una combinación de lentes y espejos), esto es aún más importante. Si la imagen está desenfocada, veremos la propia sombra del espejo secundario, cada vez más grande y con la luz más difuminada a su alrededor. En la imagen puedes ver la secuencia de enfoque en un telescopio reflector. No, las estrellas no tiene forma de donut, así que enfoca bien!

2 – El buscador no está alineado

¿Has conseguido encontrar la Luna con el buscador pero luego no aparece en el telescopio? Eso es porque no apuntan al mismo sitio. El buscador nos permite localizar objetos en el cielo pero es fundamental que esté paralelo al telescopio y apunte exactamente al mismo sitio. A esto se le llama colimar el buscador y es un proceso muy sencillo, aunque las primeras veces puede llevar unos minutos y es aconsejable hacerlo de día.

En el caso de los buscadores ópticos, vienen con tres tornillos (o dos tornillos y un muelle) que nos permiten regular la presión y, por tanto, la orientación del buscador. Las primeras veces es aconsejable hacer esto de día y apuntando a algún objeto lejano como una torre de alta tensión, el campanario del pueblo, etc. El proceso es lógico y sencillo: primero deberemos mirar por el telescopio y conseguir que apunte a un determinado sitio (cuanto más pequeño y preciso sea lo que hemos elegido, mejor), deberemos frenar la montura para evitar que se mueva e ir moviendo los tornillos mientras miramos por el buscador hasta que veamos lo mismo que por el telescopio. Deberemos colimar el buscador en cada observación, pero con la práctica esto se hace en unos segundos.

3- Empieza por el ocular de menos aumentos

Todos los oculares tienen una focal determinada que viene representada. Este parámetro es la distancia focal del ocular y lo encontraremos normalmente marcado en el ocular con un número (25, 20, 10…). Cuanto menor sea este número, más aumentos obtendremos con el telescopio. Y, por tanto, nos será más difícil localizar objetos, ya que el trozo de cielo que veremos será menor. Dicho de otro modo, siempre deberemos empezar usando el ocular de menos aumentos, es decir, el que tenga mayor focal (el que tenga el número más grande). De esta forma veremos un mayor trozo de cielo y nos será más fácil localizar los objetos.

4- Todo se ve al revés a través del telescopio

En cuanto mires por el telescopio te darás cuenta de que todo se ve invertido. Los telescopios astronómicos, por defecto, invierten la imagen. Pero no te preocupes. En astronomía esto no es importante, ya que en el espacio no hay “arriba” o “abajo”. Eso sí, debes tenerlo en cuenta a la hora de manejarlo, puesto que los movimientos serán aparentemente en dirección contraria a lo que piensas.

5 – Quita la tapa grande

Muchos telescopios vienen con dos tapas, una que cubre por completo su lente o espejo y otra más pequeño de unos 4 cm. Esta tapa, que en los reflectores está descentrada y en los refractores, centrada, está pensada para colocar un filtro solar. ¡Ojo! No recomendamos la observación solar a principiantes, ya que entraña riesgos muy elevados. Pero hemos encontrado que es muy habitual que, al usar por primera vez un telescopio, se quite solo la tapa pequeña. ¡Error! Es fundamental que usemos la apertura total de nuestro telescopio o si no, nos habríamos comprado directamente un telescopio de 4cm. Así que, quita la tapa grande.

Paciencia, sigue intentándolo

En AstroAfición llevamos muchos años impartiendo cursos de iniciación a la astronomía y sabemos lo desesperante y complicado que puede resultar al principio usar un telescopio. Pero ten paciencia, repasa estos errores y vuelve a intentarlo. Si evitas estos pequeños errores, te será mucho más fácil localizar cualquier objeto en el cielo. Pero no te apresures y empieza por algo fácil como la Luna 😉

Y si tienes alguna duda, déjanosla en los comentarios.