Neptuno
Neptuno es el octavo planeta del sistema solar y el más alejado del Sol. Además ostenta el cuarto puesto en tamaño con respecto a su diámetro. El tercer puesto en cuanto a su masa. Y el primer puesto en cuanto a densidad se refiere.
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La primera persona de la que se tiene constancia que observó Neptuno, aún sin él saberlo, fue Galileo.
Galileo, durante las observaciones llevadas a cabo de Júpiter y sus lunas, las noches del 27 de Diciembre de 1612 y el 28 de Enero de 1613, dejó constancia de una “estrella”. Y digo “estrella” porque el movimiento aparente de Neptuno es muy lento y no sólo eso, sino que, durante esas fechas, Neptuno se encontraba en los inicios de su movimiento retrógrado.
Dicho momento hace que el movimiento aparente del planeta sea aún menor. Y fue este hecho el que llevase a Galileo a pensar que se trataba de una estrella fija en el cielo.
Si Galileo hubiese sacado su telescopio la noche del 3 al 4 de Enero de 1613, hubiese podido ver un raro evento, la ocultación de su “estrella” (Neptuno) tras Júpiter. Aún así, para él siguió siguiendo una estrella.
En 1812, Alexis Bouvard (Francia 1767-1843), entre cuyo trabajo se encuentra el descubrimiento de 8 cometas y la creación de tablas astronómicas para Júpiter, Saturno y Urano. Las dos primeras con una precisión excepcional. Sin embargo, la tercera tabla, presentó discrepancias con lo observado.
Lo que le llevó a teorizar la existencia de un octavo planeta que fuese responsable de las irregularidades de la órbita de Urano.
Las tablas creadas para Urano fueron utilizadas por varios astrónomos. John Couch Adams utilizó dichas tablas y le solicitó a Sir George Airy los datos que este poseía, ya que era el Astrónomo Real (del Reino Unido). Adams trabajó durante unos años generando distintas predicciones para el posible nuevo planeta.
Urbain Le Verrier, por su parte, también realizó sus propias mediciones y cálculos predictivos de la posición estimada para dicho planeta. Las predicciones de ambos astrónomos eran muy similares.
Le Verrier le solicitó a Johann Gottfried Galle que, usando el refractor del Observatorio de Berlín, buscase dicho objeto. Heinrich d´Arrest, estudiante en el observatorio, sugirió a Galle que podría comparar unas cartas celestes recientemente dibujadas con el cielo de la región en la que Le Verrier había predicho que podría estar dicho planeta. Si había algún “puntito” que se hubiese movido según las cartas celestes se trataría de un planeta, debido a su movimiento propio.
En la noche del 23 de Septiembre de 1846, Galle descubrió Neptuno a tan solo 1º de donde predijo Le Verrier y a 12º de donde predijo Adams.
Nomenclatura
En primera instancia el nuevo planeta descubierto fue nombrado como “el planeta que sigue a Urano” o “el planeta Le Verrier“. Johann G. Galle sugirió el nombre de Jano y, por su parte, James Challis (que había observado antes que Galle el planeta pero no se había dado cuenta de ello) lo nombró como Océano. Le Verrier por su parte sugirió el nombre de Neptuno, pero no obtuvo mucho éxito. Decir que tampoco debió insistir mucho el hombre, porque al fin y al cabo, estaban llamando al nuevo planeta Le Verrier.
No fue hasta que Friedrich Georg Wilhelm von Struve apoyó en la Academia de las Ciencias de San Petersburgo el nombre de Neptuno; hecho que hizo que fuese aceptado a nivel internacional.
Y hasta aquí la historia del descubrimiento de Neptuno.
Si no los habéis visto aquí tenéis los artículos anteriores:
y el que sigue a Neptuno: