Uno de los objetos más bonitos del cielo de invierno es el cúmulo abierto de las Pléyades, en la constelación de Tauro, también conocido como M45. Me encanta enseñar este cúmulo en las actividades de mitología y por eso os voy a contar la historia de quiénes son y su influencia en otras culturas a lo largo de la historia. Empezamos por el principio…
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Toggle¿Qué son las Pléyades?
Está entre los cúmulos estelares más cercanos a la Tierra ya que se sitúa a unos 400 años luz y es visible a simple vista en el cielo nocturno. Su gran tamaño (alrededor de un grado y medio) hace que los prismáticos sean los instrumentos más adecuados para su observación, aunque también podemos observarlas con un telescopio y un ocular de campo amplio y bajo aumento. A simple vista, lo normal es ver entre cinco y siete estrellas cuya disposición nos recuerda a una Osa Mayor en miniatura.
Sin ser una constelación, la importancia que tiene en el cielo nocturno de las Pléyades hace que este cúmulo estelar abierto sea conocido en numerosas civilizaciones con una mitología propia. Se compone de entre unas 500 y 1.000 estrellas jóvenes nacidas de la misma nube de polvo y gas. Pero, como a simple vista solo llegaremos a ver unas siete estrellas, en muchos pueblos se las conoce como “las siete cabrillas” o “las siete hermanas”.
Las Pléyades en la mitología
Son tan famosas que aparecen en distintas culturas y vamos a repasar las más importantes y curiosas. ¡Seguro que te sorprende!
Mitología griega: las hijas de Atlas
En la mitología griega, las Pléyades eran las siete hermanas que, divinizadas, se convirtieron en las siete estrellas más bonitas del cielo de invierno. Son hijas del titán Atlas y la ninfa marina Pléyone. Él no sólo fue el padre de las Pléyades, sino también de varias ninfas: las Híades y las Hespérides.
Juntas servían a la diosa Artemisa, la diosa de la caza, con quien compartían esa afición y a quien debían fidelidad. Desde la antigüedad se consideran a estas hermanas como las madres de muchas figuras de la cultura griega como Hermes o Sísifo. Sus nombres y, por tanto, los de las estrellas que las representan son: Maya, Celeno, Alcíone, Electra, Astérope, Taigete y Mérope.
Entre las obligaciones que tenían como ninfas del cortejo de Artemisa estaba la de preservar su virginidad. Pero eran tan jóvenes, hermosas, pasionales y tan entregadas al amor, que no cumplieron su voto y tuvieron hijos con algunos dioses como Zeus, Poseidón y Ares. Sin embargo, una de las hermanas, Mérope, nunca estuvo con un dios pero sí con un mortal, Sísifo. Mérope se avergonzó de ello y, por eso, según explica la mitología, la estrella que la representa es la que menos brillo aparente tiene.
Se cuenta que las Pléyades eran tan hermosas que eso fue su perdición. Un día, en compañía de de su madre, se encontraron con el cazador Orión, quien se enamoró al instante. Orión se obsesionó con las ninfas y las persiguió durante cinco años, hasta que las hermanas suplicaron a Zeus que pusiera alguna solución para dejar de ser acosadas. Por ello, para que pudieran huir, el dios las transformó en palomas y volaron hacia el cielo hasta convertirse en estrellas. Se colocaron junto al lomo del toro (la constelación de Tauro) para que éste las protegiera. Y allí siguen todavía…
Además, las siete hermanas son mencionadas en varias escrituras antiguas como en la Ilíada, en el canto XVIII. Hesíodo nos habla de ellas en la obra “Trabajos y días” en la cual nos narra que la cosecha comienza cuando vemos aparecer este cúmulo y se recoge al ser ocultadas. Dice:
Al surgir las Pléyades descendientes de Atlas,
empieza la siega; y la labranza cuando se ocultan.
Desde ese momento están escondidas cuarenta
noches y cuarenta días
y de nuevo al completarse el año empiezan a
aparecer cuando se afila la hoz.
Las Pléyades en otras culturas
Estas estrellas son tan conocidas que también aparecen en mil sitios. Por ejemplo, también aparece mencionado este cúmulo en el libro más conocido de la narrativa española: Don Quijote de la Mancha. En el capítulo 41 de la segunda parte, Sancho Panza narra a la duquesa su viaje por el Clavileño. Dice:
… Y sucedió que íbamos por parte donde están las siete cabrillas, y en Dios y en mi ánima que como yo en mi niñez fui en mi tierra cabrerizo, que así como las vi, me dio una gana de entretenerme con ellas un rato, que si no la cumpliera me parece que reventara…
Capítulo 41, Segunda parte, Don Quijote de la Mancha
Además, también aparecen en otras culturas:
En las culturas Americanas
La mitología clásica es la que solemos contar habitualmente en nuestras actividades, pero como hemos dicho, en casi todas las culturas tienen un nombre propio y una leyenda asociada.
Por ejemplo, en la cultura maya las consideraban Tzab-ek o la cola de serpiente de cascabel, los aztecas como el Tiaquiztli (el mercado) donde se reunian las personas. Por su parte, los incas vieron una relación entre el tiempo en que las Pléyades son visibles y el ciclo agrícola anual. Estas están ausentes del cielo nocturno entre el 3 de mayo y el 9 de junio durante un periodo de 37 días, el cual coincide con la cosecha y la próxima época de siembra en América.
En el Antiguo Egipto
Esta representación es una de las que más me gusta. Fueron conocidas como las Siete Hathor y las oraciones a los muertos se hacían en dirección a este cúmulo de estrellas. Estaban asociadas a un rebaño de vacas que llevaba los alimentos a los muertos en el otro mundo. En el primer día de la primavera, a media noche, las estrellas eran visibles en el callejón sur de la Gran Pirámide.
La Isla de Pascua
Otro mito muy interesante es el de los Rapanuis, en la isla de Pascua. Estas estrellas llamadas Matariki, les permitían determinar en la temporada de su ascenso en el cielo (a finales de mayo o principios de junio), el inicio del año nuevo. También era una temporada para celebrar y preparar el suelo para el próximo año de cultivos.
El nombre Matariki se usa para nombrar a la estrella central del cúmulo, junto a las estrellas de alrededor llamadas: Tupu-ā-nuku, Tupu-ā-rangi, Waitī, Waitā, Waipunā-ā-rangi y Ururangi
Las siete hermanas recibían culto en la isla y posiblemente fue la clave en la colonización polinésica de la isla al usarse como guía de navegación para la cultura Maorí.
Otras curiosidades
También las utilizaron nuestros antepasados más cercanos. Por ejemplo, los ganaderos trashumantes aragoneses decían algo así como “Cuando a la hora de la cena veas Las Cabretas, fuera pastores a tierra ajena”, explicando que su orto al anochecer sobre el mes de octubre marcaba la llegada del frío y, por tanto, tenían que trasladar sus animales a tierras más cálidas (que solían ser arrendadas) para pasar el invierno.
Y para terminar, como curosidad sobre este cúmulo es que es usado en una famosa marca de coches: Subaru. Esto no es casualidad ya que significa en japonés “cúmulo estelar”. Las seis estrellas de la marca corresponden a las seis estrellas más fácilmente visibles a ojo desnudo.
Espero que os haya gustado este cúmulo tanto como a mí y os haya parecido interesante. Nos vemos bajo las estrellas en la próxima de mitología astronómica o mitología en familia.