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Carrito

Si aún no has leído la primera parte de esta serie de artículos te recomiendo su lectura en: https://astroaficion.com/2020/01/21/planetas-modernos-1/

Imagen de Ceres tomada por la sonda Dawn el 4 de Mayo 2015

En busca de Ceres ⚳

Retrato de Johann Elert Bode

Johann Elert Bode había observado que existía cierto patrón entre los semiejes mayores de los planetas conocidos y que dicho patrón parecía implicar que existía un astro entre las órbitas de Marte y Júpiter. Dicho patrón es conocido como la hipótesis de Titus-Bode, hoy en día refutada, pero gracias a la cual se descubrió años antes a Urano, de la mano de William Herschel.

Franz Xaver von Zach

Gracias al descubrimiento de Urano muy cerca de donde se predijo que estaría según dicha hipótesis, se creó un grupo de investigación liderado por Franz Xaver von Zach. El objetivo de este grupo era buscar un planeta entre la órbita de Júpiter y Marte.

Gracias a este equipo de astrónomos se descubrieron un gran número de asteroides de lo que hoy conocemos como el Cinturón Principal.

El descubrimiento de Ceres ⚳

El 1 de enero de 1801, durante los últimos años de esta investigación, se descubrió el segundo de los planetas modernos: Ceres. Sin embargo, su estatus de planeta perduró tan solo hasta 1850, momento en el que se clasificó como asteroide.

Este cuerpo, considerado actualmente como un planeta enano, se denominó originalmente Cerere Ferdinandea, en honor a la diosa de la agricultura y al rey Fernando I de Sicilia. Dicho apellido se perdió por motivos políticos y hoy en día se conoce simplemente como Ceres.

Su descubridor fue Giuseppe Piazzi mientras, desde su observatorio de Palermo, buscaba la 87ª estrella del Catálogo Zodiacal de Nicolas-Louis de Lacaille.

Giuseppe Piazzi

En una carta enviada a Bode en el 24 de Febrero de 1801, comentaba que había descubierto un cometa aunque según sus propias palabras “debido a que su movimiento es tan lento y uniforme, se me ha pasado por la cabeza en varias ocasiones que quizás pueda ser algo más interesante que un cometa”.

En abril de ese mismo año Piazzi envió su estudio completo a Bode, Barnaba Oriani y a J.J.L. de Lalande, y fue publicado en el número de Septiembre de Monatliche Correspondenz. Con la mala suerte de que el planeta ya se había movido de la posición observada en enero debido al propio movimiento de la Tierra y quedaba oculto por el brillo crepuscular.

En este momento, entra en la partida Carl Friedrich Gauss. Gracias a tres meses de intenso trabajo, calcula las coordenadas de Ceres y, el 31 de Diciembre de 1801 Franz Xaver von Zachse redescubre Ceres y confirma su existencia. Los cálculos de Gauss solo tuvieron un error de ¡medio grado de arco! (el diámetro aparente de la luna llena).

El método de Gauss consistió en calcular una sección cónica en el espacio, partiendo de que el Sol está en uno de los focos y la intersección del cono con tres líneas visuales desde la Tierra, que a su vez está moviéndose dentro de una elipse con respecto a dicho planeta. Toda una proeza en la época y en un tiempo récord. Si os interesa profundizar sobre este tema os recomiendo leer acerca de el Método de Gauss para resolver ecuaciones de 8º grado.

Como nota final, meses después del descubrimiento de Ceres, Heinrich Wilhelm Matthias Olbers, observó un objeto próximo a este. Se trataba de Pallas, el segundo asteroide más grande del cinturón de asteroides. Debe su nombre en honor a Palas Atenea. Dos meses después del descubrimiento de Palas, se descubrió un nuevo elemento químico de número atómico 46, y se denominó Paladio.

Y con esto termina la segunda parte de Planetas Modernos, el descubrimiento de Ceres. No os perdáis la tercera parte en: Planetas Modernos III: Neptuno

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